1. INTRODUCCIÓN
Estudiar, trabajar y vivir ajenos a Internet es ya una utopía. La irrupción de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en todos los sectores sociales ha tenido una repercusión directa en el sistema educativo y en los planteamientos vigentes sobre la enseñanza, tanto en los niveles de formación reglada (educación escolar y universitaria) como en otros ámbitos formativos (empresas, academias y el propio hogar).
Desde esta perspectiva, la realidad es que Internet no es sólo un canal de transmisión de contenidos; es un medio en sí mismo con un enorme potencial educativo, ya que ofrece la oportunidad de conjugar texto, imágenes y sonidos, al tiempo que incorpora interactividad y personalización.
2. FUNDAMENTOS DE LA ENSEÑANZA VIRTUAL
2.1. Definición de Enseñanza Virtual y Principios Básicos
Existen muchas definiciones del término Enseñanza Virtual. Una de ellas podría ser “proceso de enseñanza a distancia (no presencial) basado en una plataforma de aprendizaje virtual cooperativa y rica en recursos didácticos, y en un nuevo modelo educativo centrado en el alumno” [Refs. eLearning Actualizadas]. De este modo, la enseñanza virtual es un proceso educativo que se estructura en torno a una red de telecomunicaciones y constituye una alternativa a la educación a distancia tradicional basada en el uso de las TIC.
En este trabajo no entraremos en cuestiones formales sobre la definición más adecuada y usaremos la anterior que, aunque puede no ser la mejor posible, refleja los fundamentos de este tipo de enseñanza que analizaremos detenidamente a lo largo de esta sección: su naturaleza no presencial, que da lugar a un aprendizaje sin coincidencia profesor-alumno en el espacio y en el tiempo; su empleo de las TIC como herramienta para el aprendizaje, y la necesidad de un cambio en el modelo educativo clásico para pasar a un nuevo modelo educativo virtual.
Del mismo modo, no entraremos tampoco en las discusiones que existen con respecto a la nomenclatura. Aparte del término “enseñanza virtual”, se han empleado otros muchos para referirse a este tipo de enseñanza, tales como “teleformación”, “enseñanza a través de Internet”, “enseñanza on-line” o el aceptado comúnmente en los países anglosajones, “eLearning”. Cada cual tiene sus ventajas e inconvenientes para referirse al proceso educativo que nombra, por lo que en esta contribución los emplearemos como sinónimos. Sin embargo, no haremos uso del término clásico “enseñanza a distancia”, usado por algunos autores para referirse a este campo, puesto que no lo consideramos adecuado porque se refiere a un modelo educativo, bien asentado en España debido a la acción de la Universidad de Educación a Distancia (UNED), con unas diferencias características con respecto a la enseñanza virtual (como por ejemplo, el hecho de que no se tengan por qué emplear las TIC en el proceso).
Siguiendo con las definiciones, los términos Aula Virtual, Campus Virtual o Universidad Virtual (este último acuñado en la década de los 90 ) no son más que una metáfora para la teleformación, el aprendizaje y el entorno de investigación resultante de la convergencia de las TIC ]. Podemos entender el aula virtual como el entorno de aprendizaje que asume las funciones de contexto de aprendizaje que el aula desarrolla en el entorno presencial, sin que se produzca una coincidencia entre estudiante y profesor ni en el espacio ni en el tiempo. El aula virtual se pone en práctica mediante una plataforma de teleformación (learning management system, LMS, en inglés), una plataforma software que permite comunicar a estudiantes, profesores (y personal de administración, cuando sea necesario) a través de Internet, salvando los obstáculos espacio-temporales, así como poner a disposición del alumno todos los recursos educativos necesarios para su aprendizaje.
Entre sus características principales, podemos destacar las siguientes:
· Aportan flexibilidad e interactividad.
· Permiten la vinculación a una comunidad virtual de alumnos. Son el medio por el cual se envían las dudas, propuestas y las solicitudes de orientación al profesor (tutorías virtuales). Además de ser el lugar donde se reciben las sugerencias de los profesores, son la vía que permite participar en la vida escolar o universitaria mediante los foros, los tableros de anuncios, el seguimiento de las actividades propuestas, etc.
· Permiten acceder a materiales de estudio y a fondos de recursos, así como al enlace de materiales entre sí y con información o documentación ubicada en Internet.
Estas características se sustentan en algunos de los elementos más definitorios de Internet como sistema de comunicación:
1. La comunicación es masiva –puede llegar a muchos– pero al mismo tiempo siempre es comunicación de uno a uno (emisor y receptor). En la práctica, es como si se dictara una lección o un ejercicio para cada alumno. Es un canal omnifuncional capaz de desempeñar funciones “conectoras” (de uno a uno), “distribuidoras” (de uno a muchos) y “colectoras” (de muchos a uno).
2. Es un canal personalizable. Permite adaptar los contenidos y recursos a los usuarios.
3. Sitúa al receptor en una posición activa, de modo que la vieja práctica de ir a clase para dejar que otro hable y pase el tiempo no tiene cabida.
4. Es bidireccional e interactivo (con los contenidos, el profesor y el resto de estudiantes). Desde la perspectiva didáctica, es evidente que no es lo mismo estudiar leyendo un libro de texto, que induce al alumno a una actitud puramente pasiva, que estudiar con un ordenador por medio de un software interactivo que establece un verdadero diálogo entre el alumno y el programa educativo.
Para el sistema de enseñanza este aspecto supone un gran avance hacia el autoaprendizaje. Debemos recordar también que todo proceso de aprendizaje es, ante todo, interactivo.
5. Es un canal de potencia y alcance casi ilimitados. Es preciso recalcar este ‘casi’ porque no se pueden obviar las limitaciones que suponen tanto la técnica como las condiciones económicas y culturales de las regiones que excluyen a un bueno número de usuarios potenciales.
6. Es un canal multimedia, ya que puede soportar el tráfico de todos los medios y en distintos formatos.
2.2. El Modelo Educativo Virtual
Lo indicado en la sección anterior no debe inducir a un error muy común en laenseñanza virtual, consistente en el hecho de pensar que lo fundamental en esta área es la tecnología. Esta afirmación es totalmente incorrecta, puesto que la tecnología no debe ser más que una herramienta para conseguir el fin último, el aprendizaje del alumno. Por tanto, la enseñanza virtual requiere de un cambio en el modelo educativo clásico que tenga en cuenta el nuevo entorno, no presencial y basado en las TIC, de aprendizaje en el que se encuentran profesor y alumno y que permita aprovecharlo de la mejor forma posible.
Así, la enseñanza virtual tiene asociado un modelo educativo propio, con varioscambios destacados con respecto al modelo clásico de aprendizaje presencial. Los aspectos del proceso educativo que se han visto más directamente afectados por la utilización de los medios digitales son: la presentación de la información del profesor a los alumnos, el material de estudio y consulta, la interacción profesor-alumno, y el propio proceso de aprendizaje y autoevaluación del alumno.
La habitual enseñanza presencial, centrada en muchos casos en la lección magistral en la que el profesor tiene el papel principal , se transforma en un modelo de enseñanza virtual no presencial, en el cual es el alumno el elemento más activo (aunque no el único, como veremos posteriormente) en el proceso de (auto) aprendizaje .
Todos los elementos que forman parte del modelo pedagógico virtual se ponen a disposición del estudiante para que pueda gestionar su propio proceso formativo.
Para optimizar este modelo, hay que tener presentes dos aspectos cruciales: la calidad pedagógica (de los materiales virtuales diseñados y de la metodología docente empleada) y el énfasis en el apoyo personalizado. En consecuencia, dicho modelo se sustenta en dos pilares básicos:
Una vertiente tecnológica, basada en el uso de las redes telemáticas y las TIC en la creación de contenidos digitales multimedia que sean atractivos y fácilmente accesibles desde navegadores web. La implantación de la enseñanza virtual de asignaturas y titulaciones parte de la necesidad de virtualizar los contenidos didácticos. Se debe tender hacia un material didáctico digital y accesible desde cualquier navegador web estándar que integre los elementos básicos de un proceso de autoaprendizaje: introducciones, objetivos, contenidos, actividades, ejercicios de autoevaluación, glosarios, etc. Además, es fundamental que estos materiales estén bien estructurados desde un punto de vista pedagógico, proceso denominado Diseño Instructivo.
Por otro lado, es importante aprovechar la potencialidad de Internet como canal de
comunicación en el diseño de los contenidos. Sus características de interactividad,
naturaleza multimedia, acceso global y acceso a información actualizada en tiempo real son muy adecuadas para la elaboración y/o la selección de recursos educativos adicionales en línea.
Una vertiente didáctica, que permita al docente estructurar adecuadamente estos materiales mediante las metodologías del diseño instructivo y guiar de un modo adecuado el proceso de autoaprendizaje realizado por el alumno, haciendo énfasis en el apoyo personalizado, y empleando para ello las técnicas, herramientas y recursos disponibles:
Motivación al alumnado con las herramientas existentes: foros de discusión, chat y listas de distribución.
Tutorías virtuales para la resolución de dudas y el asesoramiento: correo electrónico, chat y pizarras virtuales.
Fomento del trabajo en grupo mediante las herramientas de comunicación, lo cual constituye una de las principales diferencias de la enseñanza virtual con respecto a la enseñanza a distancia tradicional.
De este modo, en el modelo docente virtual, el profesor abandona el clásico papel de instructor directo y pasa a constituirse en facilitador del aprendizaje, en el sentido de que ofrece al estudiante herramientas y pistas que le ayuden a desarrollar su propio proceso de aprendizaje. a la vez que atiende sus dudas y necesidades. Se convierte así en la figura del tutor, que toma un papel fundamental como persona encargada de tener un contacto directo con el alumno,
predisponiéndolo y asesorándolo en el seguimiento de la asignatura. La labor del tutor es evitar la desmotivación y el abandono del estudiante en su proceso autoformativo. Las cuatro labores del tutor comprenden: tareas de orientación, motivación y seguimiento (empleando las herramientas disponibles: foros de discusión, chat y listas de distribución); tareas de resolución de dudas (tutorías virtuales mediante correo electrónico, chat y pizarras virtuales), tareas de evaluación continua y tareas de definición del plan docente, en cooperación con el coordinador/consultor, profesor responsable de la asignatura. Además, es el encargado de fomentar el trabajo en grupo, evitando el aislamiento del alumno.
Por otro lado, el otro rol que puede jugar el profesor del modelo educativo clásico es el de autor de contenidos, al ser el encargado de proporcionar los contenidos de los que se compondrá el curso virtual: materiales didácticos, procesos de evaluación y autoevaluación del alumnado, bibliografía empleada (preferentemente en formato electrónico) y todos los recursos relacionados con el curso que puedan encontrarse en la web.
[1] Fragmento del documento de Oscar Cordón. Enseñanza virtual: fundamentos, perspectivas actuales y visión de la Universidad de Granada
lunes, 3 de marzo de 2008
Componentes del currículo
Referencias
Coll C y otros. (1997). El constructivismo en el aula. Ed. Grao. Barcelona. Octava Edición. Barcelona. España
Coll C. (1997) Psicología y currículum. Ediciones Paidós Ibérica. Sexta reimpresión. Barcelona. España.
Nelson Annabelle. (2005) Técnicas de diseño curricular. Ed. Limusa. Distrito Federal. México.
Posner, George. (2005) Análisis del currículo. Tercera Edición. McGrawHill. 2005. Distrito Federal. México.
Coll C y otros. (1997). El constructivismo en el aula. Ed. Grao. Barcelona. Octava Edición. Barcelona. España
Coll C. (1997) Psicología y currículum. Ediciones Paidós Ibérica. Sexta reimpresión. Barcelona. España.
Nelson Annabelle. (2005) Técnicas de diseño curricular. Ed. Limusa. Distrito Federal. México.
Posner, George. (2005) Análisis del currículo. Tercera Edición. McGrawHill. 2005. Distrito Federal. México.
Taba Hilda (2003). Elaboración del currículo. Ed. Troquel. Buenos Aires. Argentina
Introducción al currículo
Es un subsistema educativo complejo, global dinámico y orgánico, diversificable y flexible en el que se articulan componentes, interactúan personas y grupos sociales y se suceden procesos estrechamente vinculados entre sí, con el objeto de diseñar, producir y evaluar aprendizajes buscando una educación de óptima calidad.
Siete conceptos comunes del curriculum
Los siete conceptos que comúnmente se asocian al curriculum son: alcance y secuencia, programa de estudios, esquema de contenido, estándares; libros de texto, ruta de estudio y experiencias planeadas.
Alcance y secuencia
La descripción del currículo como una matriz de objetivos asignados a los grados (por ejemplo, la secuencia) y agrupados de acuerdo a un tema común (por ejemplo el alcance).
Programa de estudios
Un plan par aun curso completo, el cual suele incluir fundamentalmente temas, recursos y evaluación.
Esquema de contenido
Una lista de tópicos a cubrir organizados en forma de esquema.
Estándares
Una lista de conocimientos y habilidades requeridos por los estudiantes al terminar.
Libros de texto
Materiales educativos usados como guías para la enseñanza en el salón de clases.
Ruta de estudio
Una serie de cursos que los estudiantes deben completar.
Experiencias planeadas
Todas las experiencias académicas, atléticas, emocionales o sociales, que los estudiantes experimentan y que han sido planeadas por la escuela.
Cinco currículos concurrentes
Currículo oficial
Currículo oculto
Currículo adicional
Currículo nulo
Currículo operativo
Curriculo oficial. Es el currículo descrito en los documentos formales.
Currículo operativo. El currículo que materializa las prácticas y los exámenes de la enseñanza reales.
Currículo oculto. Sus normas y valores institucionales no son abiertamente reconocidos por los profesores o funcionarios escolares.
Currículo nulo. Las materias que no se enseñan.
Currículo adicional. Son las experiencias planeadas fuera del currículo formal.
¿Qué tipo de docente soy?
Cuando reflexionamos sobre nuestra labor en el aula es posible identificar diferentes estilos a la hora de llevar adelante la práctica de la enseñaza. A menudo nos inspira la eficiencia, otras veces la contención. Proponemos a través de este artículo un recorrido sobre algunos de los caminos posibles con el objeto de abordar una reflexión sobre la modalidad con la que abordamos nuestra tarea cotidiana.
El enfoque del ejecutivo
o Sintetizando el enfoque del ejecutivo
o El rol docente y el currículum oculto que promueve el estilo ejecutivo
El enfoque del terapeuta
o Sintetizando el enfoque del terapeuta
o El rol docente y el currículum oculto que promueve el estilo terapeuta
El enfoque del liberador
o Sintetizando el enfoque del liberador
o El rol docente y el currículum oculto que promueve el estilo liberador
¿Son incompatibles los enfoques?
Síntesis conceptual
Bibliografía
El enfoque del ejecutivo
En el enfoque ejecutivo el docente es el gerente de los tiempos de la clase, una persona que toma decisiones, principalmente en el modo en que distribuirá el tiempo de los estudiantes dentro del aula. Pero el tiempo empleado en el trabajo académico no es el único aspecto en el que insiste esta mirada. Otros tres elementos ejercer influencia primordial:
1. Las indicaciones: el docente los utiliza para alertar a sus alumnos sobre lo que hay que aprender y el modo de alcanzar ese aprendizaje
2. La retroalimentación evaluativa: los docentes corrigen rápidamente los errores tanto de las tareas escritas como de las orales.
3. El reesfuerzo: desde una sonrisa, hasta observaciones positivas o recompensas aún más tangibles.
Otro aspecto del enfoque ejecutivo se conoce como oportunidad de aprender, esto es, dar a los estudiantes la posibilidad de aprender. Sucede que a veces, que los docentes entusiasmados con la complejidad y la profundidad de ciertos temas, se alejan del alcance de muchos de sus alumnos, limitando las oportunidades de aprendizaje.
Todos estos rasgos del enfoque del ejecutivo tienen una faceta interesante en tanto le confieren un importante valor al aprendizaje. Aunque podría objetarse que el educador se parece al gerente de una línea de producción ubicándose por fuera del proceso, regulando contenidos y actividades, pasando por alto factores como la motivación individual o las características particulares de cada alumno.
También parece haber una estrecha relación entre los formatos escolares más habituales (cursos numerosos, exámenes regulares, informes de calificaciones, sistemas de acreditación y nivelación, etc.) y éste enfoque. De manera tal que la eficiencia del ejecutivo no parece deberse a una necesidad de la práctica de la enseñanza en sí misma sino más bien una demanda del dispositivo de enseñanza colectiva. En efecto, un enfoque de este tipo, no parecería necesario en un sistema tutorial.
Sintetizando el enfoque del ejecutivo
El docente (D) es el conductor de la clase que a través de habilidades que incluyen técnicas como el manejo del tiempo, la adecuación de los contenidos enseñados a lo que se mide posteriormente en los exámenes así como también el ofrecimiento de suficientes oportunidades para aprender (f) a cada uno de los estudiantes, (E) tiene como propósito (y) el que cada alumno pueda adquirir y retener conocimiento específico (datos, conceptos, habilidades e ideas) tal como se imparte a lo largo de la clase (x).
Este enfoque podría ubicarse en el marco filosófico del positivismo y en la línea psicológica del conductismo en tanto mide los resultados del proceso de aprendizaje en términos de resultados/productos.
El rol docente y el currículum oculto que promueve el estilo ejecutivo
El acento se pone entre lo que el docente hace y el estudiante aprende. El proceso es la actividad del docente, mientras que el producto es el dominio que alcanza el estudiante respecto a lo que se le ha enseñado. Desde este enfoque, ser una persona educada es aquella que demuestra objetivamente que ha adquirido una serie de saberes específicos.
Este enfoque pone el acento en la eficiencia que se mide a través de los resultados obtenidos por parte de los estudiantes. Creo que son valores importantes dentro de este enfoque, el orden, la justicia, la perseverancia.
El enfoque del terapeuta
Existen dos alternativas respecto a las características particulares del estudiante, la primera, es pasarlas por alto y la segunda, reconocerlas buscando reducir aquellas que con mayor probabilidad obstaculizarían el aprendizaje. Pero habría además, una tercera posición, en la que estas características se transforman en elementos esenciales del proceso mismo de enseñanza aprendizaje. El énfasis está puesto pues en lo que el alumno piensa o hace. En definitiva, lo que el estudiante es no puede separarse de lo que aprende y de cómo lo aprende.
Para éste enfoque, a la autenticidad del estudiante no se cultiva adquiriendo un conocimiento remoto que no se relaciona con la búsqueda de su significación y la identidad personal.
Sintetizando el enfoque del terapeuta
El docente (D) es un guía y asistente, en el cual la actividad de la enseñaza (f) está principalmente centrada en preparar al estudiante (E) para que éste seleccione y pueda alcanzar el contenido (x). El propósito (y) es pues, capacitar al estudiante para que se convierta en un ser humano auténtico, una persona capaz de asumir la responsabilidad por lo que es y por lo que tiende a ser: una persona capaz de tomar decisiones que definan su carácter como desea que sea definido.
El marco teórico es el de la psicología humanista, en tanto adquieren relevancia los enunciados sobre el sentido y libertad, sentimientos y emociones, intuición, cuidado y experiencia subjetiva y espiritual. La filosofía en la que se enmarca la psicología humanista es el existencialismo, puesto que la existencia es anterior a la esencia, porque simplemente, antes de ser algo en particular, simplemente, somos. Luego, llegamos a ser algo cuando enfrentamos el mundo y nos abrimos paso frente a él. Si eludimos estas elecciones y sus consecuencias, en realidad lo que estamos eludiendo nuestra propia esencia: la libertad.
El rol docente y el currículum oculto que promueve el estilo terapeuta
Una persona educada es un ser humano auténtico, genuino, lo cual implica tomar seriamente la libertad y comprender que tomar decisiones sobre quién es, supone la responsabilidad de aceptar las consecuencias. Cada persona es singular y mientras cada persona elija su propio camino hacia un futuro proyectado por ella misma, conservará su singularidad y será auténtica.
Este enfoque de corte humanista, prioriza la libertad, la elección individual en virtud de de la búsqueda de la autenticidad. Son valores importantes la sensibilidad, la equidad, la comprensión.
El enfoque del liberador
Este enfoque pone un gran énfasis en el contenido, prestando menor atención a las habilidades docentes específicas (enfoque del ejecutivo) o a los estados psíquicos y emocionales de los alumnos (enfoque del terapeuta). El propósito, en este caso, es el de liberar la mente del estudiante de los límites de la experiencia cotidiana, de la trivialidad, de la convención, de los estereotipos... (¿del “lugar común?”, ¿de lo “políticamente correcto”?) En el enfoque de liberador, el contenido determina en gran parte el modo en que la clase se dará. Para que los alumnos puedan, por ejemplo, desarrollar actitudes críticas, los estudiantes aprenderán a adquirir ese hábito en virtud del ejemplo que da el profesor con sus propias actitudes. Así, la “manera” (modalidad, estilo) adquiere relevancia en este enfoque.
La “manera” es una disposición relativamente estable que guía la actuación en determinadas circunstancias y es esencial en el enfoque liberador porque será lo que determinará en gran medida que no se “paralice” la mente de los estudiantes con datos o habilidades vacuas sino que por el contrario, se libere. Así entonces, no basta con que el alumno adquiera los conocimientos específicos, porque forma y contenido son inseparables.
Por otra parte, la “manera” de enseñar no depende de la materia, resulta, por el contrario, aplicable a todos los campos. Involucra virtudes morales (honestidad, integridad, disposición imparcial, trato justo) e intelectuales (racionalidad, amplitud de espíritu, valoración de las pruebas, curiosidad, capacidad reflexiva y escepticismo prudente). El alumno deberá adquirir todos estos valores del mismo modo en que adquiere el conocimiento y la aptitud en cada disciplina. De esta forma, la “manera” es parte del contenido porque mientras éste se comunica, también se enseña el modo en qué este habrá de enfocarse y tratarse. En síntesis, el “hacer” del docente, es una parte vital para el enfoque del liberador. El modelo ejemplar actúa de forma implícita a través de los rasgos de carácter del docente.
Sintetizando el enfoque del liberador
El docente (D) en el rol modelo ejemplar, imprime a la actividad de la enseñanza una “manera” (estilo) (f) que es inseparable del contenido en virtud de su complejidad y profundidad (x). El propósito (y), además de la adquisición de un saber específico, es la búsqueda de la liberación a la mente del estudiante (E) del pensamiento estereotipado.
El enfoque de liberador, podría enmarcarse en la psicología cognitiva aunque sería quizá más adecuado definir este enfoque dentro de la dimensión filosófica que dentro de la psicología.
Existe una variante neomarxista del enfoque del liberador que podría llamarse pedagogía crítica o enseñanza emancipadora, cuyo propósito es el de crear conciencia de dominación en los oprimidos de modo que estos puedan liberarse. El pedagogo brasileño Paulo Freire, es un claro exponente de esta perspectiva pedagógica.
El rol docente y el currículum oculto que promueve el estilo liberador
Este enfoque tiene sus raíces en la antigüedad clásica y puede definirse con el concepto griego de “Paideia”, en el cual, una persona educada es aquella que fue formada integralmente en conocimiento y virtud de modo tal que podrá desempeñarse con éxito y autonomía en la vida.
El estilo de liberador supone “virtudes morales e intelectuales” que hacen al estilo ejemplar del docente y que se relacionan en línea directa con el contenido formando parte de este. Son valores importantes la racionalidad, la curiosidad, el escepticismo prudente, la honestidad intelectual, la integridad.
¿Son incompatibles los enfoques?
Tal vez sea posible considerar que estos enfoques son filosóficamente incompatibles, pero también podríamos considerar que se trata de una categorización purista puesto que en la práctica, las fronteras entre los diferentes enfoques no estarían tan delimitadas.
El enfoque del ejecutivo, aún dejando de lado aspectos individuales que tanto ocupan a los terapeutas o los elevados ideales que inspiran a los liberadores, sería el más justo y adecuado en sistemas escolares masivos en donde los determinantes “duros” del sistema escolar tienden a imponer condiciones homogéneas que exigen destrezas administrativas por parte de docentes ejecutivos.
Del mismo modo, cabe preguntarse si es posible presentar un enfoque liberador solo para los más capacitados dejando al resto de los alumnos en el Standard de un enfoque ejecutivo o en el tratamiento especial del terapéutico. El autor advierte sobre los riesgos de ampliar las diferencias: “corre el riesgo de condenar a los estudiantes a categorías para la instrucción preestablecidas” (FENSTERMACHER G. Y SOLTIS J., 1999). No obstante, creo que en la práctica es posible compatibilizar los tres enfoques.
En efecto, cada uno de estos modelos supone una serie de valores que pueden aplicarse a momentos diferentes o bien en una misma situación aunque desde distintas dimensiones. Así, la eficiencia, la organización, la capacidad de sistematización y la claridad conceptual del ejecutivo podría estar presente simultáneamente junto a la sensibilidad y la empatía del terapeuta cuando el contenido o la circunstancia lo demanda. Y finalmente la actitud ejemplar del liberador y sus elevados ideales no tienen por qué ser excluyentes. Un profesor que enfatiza la profundidad y la complejidad del contenido, puede a la vez promover una formación integral sin dejar por ello de gestionar la clase con eficiencia, ni descuidar tampoco la dimensión formativa de su tarea y las necesidades individuales de los alumnos.
Bibliografía.
FENSTERMACHER G. Y SOLTIS J. (1999), “Cap. 1: Enfoques de enseñanza”, “Cap 2: El enfoque del ejecutivo” y “Cap.3: El enfoque del terapeuta”, “Cap. 4: El enfoque liberador”, en Enfoques de enseñanza, Amorrortu, Bs. As., pp. 15 a 29, pp. 31 a 53 pp. 55 a 77, Pág. 79 a 105
El enfoque del ejecutivo
o Sintetizando el enfoque del ejecutivo
o El rol docente y el currículum oculto que promueve el estilo ejecutivo
El enfoque del terapeuta
o Sintetizando el enfoque del terapeuta
o El rol docente y el currículum oculto que promueve el estilo terapeuta
El enfoque del liberador
o Sintetizando el enfoque del liberador
o El rol docente y el currículum oculto que promueve el estilo liberador
¿Son incompatibles los enfoques?
Síntesis conceptual
Bibliografía
El enfoque del ejecutivo
En el enfoque ejecutivo el docente es el gerente de los tiempos de la clase, una persona que toma decisiones, principalmente en el modo en que distribuirá el tiempo de los estudiantes dentro del aula. Pero el tiempo empleado en el trabajo académico no es el único aspecto en el que insiste esta mirada. Otros tres elementos ejercer influencia primordial:
1. Las indicaciones: el docente los utiliza para alertar a sus alumnos sobre lo que hay que aprender y el modo de alcanzar ese aprendizaje
2. La retroalimentación evaluativa: los docentes corrigen rápidamente los errores tanto de las tareas escritas como de las orales.
3. El reesfuerzo: desde una sonrisa, hasta observaciones positivas o recompensas aún más tangibles.
Otro aspecto del enfoque ejecutivo se conoce como oportunidad de aprender, esto es, dar a los estudiantes la posibilidad de aprender. Sucede que a veces, que los docentes entusiasmados con la complejidad y la profundidad de ciertos temas, se alejan del alcance de muchos de sus alumnos, limitando las oportunidades de aprendizaje.
Todos estos rasgos del enfoque del ejecutivo tienen una faceta interesante en tanto le confieren un importante valor al aprendizaje. Aunque podría objetarse que el educador se parece al gerente de una línea de producción ubicándose por fuera del proceso, regulando contenidos y actividades, pasando por alto factores como la motivación individual o las características particulares de cada alumno.
También parece haber una estrecha relación entre los formatos escolares más habituales (cursos numerosos, exámenes regulares, informes de calificaciones, sistemas de acreditación y nivelación, etc.) y éste enfoque. De manera tal que la eficiencia del ejecutivo no parece deberse a una necesidad de la práctica de la enseñanza en sí misma sino más bien una demanda del dispositivo de enseñanza colectiva. En efecto, un enfoque de este tipo, no parecería necesario en un sistema tutorial.
Sintetizando el enfoque del ejecutivo
El docente (D) es el conductor de la clase que a través de habilidades que incluyen técnicas como el manejo del tiempo, la adecuación de los contenidos enseñados a lo que se mide posteriormente en los exámenes así como también el ofrecimiento de suficientes oportunidades para aprender (f) a cada uno de los estudiantes, (E) tiene como propósito (y) el que cada alumno pueda adquirir y retener conocimiento específico (datos, conceptos, habilidades e ideas) tal como se imparte a lo largo de la clase (x).
Este enfoque podría ubicarse en el marco filosófico del positivismo y en la línea psicológica del conductismo en tanto mide los resultados del proceso de aprendizaje en términos de resultados/productos.
El rol docente y el currículum oculto que promueve el estilo ejecutivo
El acento se pone entre lo que el docente hace y el estudiante aprende. El proceso es la actividad del docente, mientras que el producto es el dominio que alcanza el estudiante respecto a lo que se le ha enseñado. Desde este enfoque, ser una persona educada es aquella que demuestra objetivamente que ha adquirido una serie de saberes específicos.
Este enfoque pone el acento en la eficiencia que se mide a través de los resultados obtenidos por parte de los estudiantes. Creo que son valores importantes dentro de este enfoque, el orden, la justicia, la perseverancia.
El enfoque del terapeuta
Existen dos alternativas respecto a las características particulares del estudiante, la primera, es pasarlas por alto y la segunda, reconocerlas buscando reducir aquellas que con mayor probabilidad obstaculizarían el aprendizaje. Pero habría además, una tercera posición, en la que estas características se transforman en elementos esenciales del proceso mismo de enseñanza aprendizaje. El énfasis está puesto pues en lo que el alumno piensa o hace. En definitiva, lo que el estudiante es no puede separarse de lo que aprende y de cómo lo aprende.
Para éste enfoque, a la autenticidad del estudiante no se cultiva adquiriendo un conocimiento remoto que no se relaciona con la búsqueda de su significación y la identidad personal.
Sintetizando el enfoque del terapeuta
El docente (D) es un guía y asistente, en el cual la actividad de la enseñaza (f) está principalmente centrada en preparar al estudiante (E) para que éste seleccione y pueda alcanzar el contenido (x). El propósito (y) es pues, capacitar al estudiante para que se convierta en un ser humano auténtico, una persona capaz de asumir la responsabilidad por lo que es y por lo que tiende a ser: una persona capaz de tomar decisiones que definan su carácter como desea que sea definido.
El marco teórico es el de la psicología humanista, en tanto adquieren relevancia los enunciados sobre el sentido y libertad, sentimientos y emociones, intuición, cuidado y experiencia subjetiva y espiritual. La filosofía en la que se enmarca la psicología humanista es el existencialismo, puesto que la existencia es anterior a la esencia, porque simplemente, antes de ser algo en particular, simplemente, somos. Luego, llegamos a ser algo cuando enfrentamos el mundo y nos abrimos paso frente a él. Si eludimos estas elecciones y sus consecuencias, en realidad lo que estamos eludiendo nuestra propia esencia: la libertad.
El rol docente y el currículum oculto que promueve el estilo terapeuta
Una persona educada es un ser humano auténtico, genuino, lo cual implica tomar seriamente la libertad y comprender que tomar decisiones sobre quién es, supone la responsabilidad de aceptar las consecuencias. Cada persona es singular y mientras cada persona elija su propio camino hacia un futuro proyectado por ella misma, conservará su singularidad y será auténtica.
Este enfoque de corte humanista, prioriza la libertad, la elección individual en virtud de de la búsqueda de la autenticidad. Son valores importantes la sensibilidad, la equidad, la comprensión.
El enfoque del liberador
Este enfoque pone un gran énfasis en el contenido, prestando menor atención a las habilidades docentes específicas (enfoque del ejecutivo) o a los estados psíquicos y emocionales de los alumnos (enfoque del terapeuta). El propósito, en este caso, es el de liberar la mente del estudiante de los límites de la experiencia cotidiana, de la trivialidad, de la convención, de los estereotipos... (¿del “lugar común?”, ¿de lo “políticamente correcto”?) En el enfoque de liberador, el contenido determina en gran parte el modo en que la clase se dará. Para que los alumnos puedan, por ejemplo, desarrollar actitudes críticas, los estudiantes aprenderán a adquirir ese hábito en virtud del ejemplo que da el profesor con sus propias actitudes. Así, la “manera” (modalidad, estilo) adquiere relevancia en este enfoque.
La “manera” es una disposición relativamente estable que guía la actuación en determinadas circunstancias y es esencial en el enfoque liberador porque será lo que determinará en gran medida que no se “paralice” la mente de los estudiantes con datos o habilidades vacuas sino que por el contrario, se libere. Así entonces, no basta con que el alumno adquiera los conocimientos específicos, porque forma y contenido son inseparables.
Por otra parte, la “manera” de enseñar no depende de la materia, resulta, por el contrario, aplicable a todos los campos. Involucra virtudes morales (honestidad, integridad, disposición imparcial, trato justo) e intelectuales (racionalidad, amplitud de espíritu, valoración de las pruebas, curiosidad, capacidad reflexiva y escepticismo prudente). El alumno deberá adquirir todos estos valores del mismo modo en que adquiere el conocimiento y la aptitud en cada disciplina. De esta forma, la “manera” es parte del contenido porque mientras éste se comunica, también se enseña el modo en qué este habrá de enfocarse y tratarse. En síntesis, el “hacer” del docente, es una parte vital para el enfoque del liberador. El modelo ejemplar actúa de forma implícita a través de los rasgos de carácter del docente.
Sintetizando el enfoque del liberador
El docente (D) en el rol modelo ejemplar, imprime a la actividad de la enseñanza una “manera” (estilo) (f) que es inseparable del contenido en virtud de su complejidad y profundidad (x). El propósito (y), además de la adquisición de un saber específico, es la búsqueda de la liberación a la mente del estudiante (E) del pensamiento estereotipado.
El enfoque de liberador, podría enmarcarse en la psicología cognitiva aunque sería quizá más adecuado definir este enfoque dentro de la dimensión filosófica que dentro de la psicología.
Existe una variante neomarxista del enfoque del liberador que podría llamarse pedagogía crítica o enseñanza emancipadora, cuyo propósito es el de crear conciencia de dominación en los oprimidos de modo que estos puedan liberarse. El pedagogo brasileño Paulo Freire, es un claro exponente de esta perspectiva pedagógica.
El rol docente y el currículum oculto que promueve el estilo liberador
Este enfoque tiene sus raíces en la antigüedad clásica y puede definirse con el concepto griego de “Paideia”, en el cual, una persona educada es aquella que fue formada integralmente en conocimiento y virtud de modo tal que podrá desempeñarse con éxito y autonomía en la vida.
El estilo de liberador supone “virtudes morales e intelectuales” que hacen al estilo ejemplar del docente y que se relacionan en línea directa con el contenido formando parte de este. Son valores importantes la racionalidad, la curiosidad, el escepticismo prudente, la honestidad intelectual, la integridad.
¿Son incompatibles los enfoques?
Tal vez sea posible considerar que estos enfoques son filosóficamente incompatibles, pero también podríamos considerar que se trata de una categorización purista puesto que en la práctica, las fronteras entre los diferentes enfoques no estarían tan delimitadas.
El enfoque del ejecutivo, aún dejando de lado aspectos individuales que tanto ocupan a los terapeutas o los elevados ideales que inspiran a los liberadores, sería el más justo y adecuado en sistemas escolares masivos en donde los determinantes “duros” del sistema escolar tienden a imponer condiciones homogéneas que exigen destrezas administrativas por parte de docentes ejecutivos.
Del mismo modo, cabe preguntarse si es posible presentar un enfoque liberador solo para los más capacitados dejando al resto de los alumnos en el Standard de un enfoque ejecutivo o en el tratamiento especial del terapéutico. El autor advierte sobre los riesgos de ampliar las diferencias: “corre el riesgo de condenar a los estudiantes a categorías para la instrucción preestablecidas” (FENSTERMACHER G. Y SOLTIS J., 1999). No obstante, creo que en la práctica es posible compatibilizar los tres enfoques.
En efecto, cada uno de estos modelos supone una serie de valores que pueden aplicarse a momentos diferentes o bien en una misma situación aunque desde distintas dimensiones. Así, la eficiencia, la organización, la capacidad de sistematización y la claridad conceptual del ejecutivo podría estar presente simultáneamente junto a la sensibilidad y la empatía del terapeuta cuando el contenido o la circunstancia lo demanda. Y finalmente la actitud ejemplar del liberador y sus elevados ideales no tienen por qué ser excluyentes. Un profesor que enfatiza la profundidad y la complejidad del contenido, puede a la vez promover una formación integral sin dejar por ello de gestionar la clase con eficiencia, ni descuidar tampoco la dimensión formativa de su tarea y las necesidades individuales de los alumnos.
Bibliografía.
FENSTERMACHER G. Y SOLTIS J. (1999), “Cap. 1: Enfoques de enseñanza”, “Cap 2: El enfoque del ejecutivo” y “Cap.3: El enfoque del terapeuta”, “Cap. 4: El enfoque liberador”, en Enfoques de enseñanza, Amorrortu, Bs. As., pp. 15 a 29, pp. 31 a 53 pp. 55 a 77, Pág. 79 a 105
Suscribirse a:
Entradas (Atom)